Dentro
de la esfera latinoamericana, uno de los países con mayor riqueza cultural es
México. La nación, cuna de la civilización azteca, ha sido y sigue siendo uno
de los lugares donde se desarrolla con mayor asiduidad la cultura literaria.
La
literatura, planteada desde los géneros más populares –novela, ensayo, poesía,
relato, leyenda, cuento o fábula-, ha encontrado en tierras mexicanas uno de
los sitiales más fértiles para expandirse, de acuerdo a cada una de las características
particulares de la sociedad azteca.
Para
comprender la literatura mexicana, abarcando tiempos lejanos y hasta la
actualidad, preciso es conocer todos los protagonistas de este desarrollo
literario.
De
allí que presentemos, a continuación, un listado de los mejores escritores
mexicanos de todos los tiempos, ordenados de acuerdo a la importancia y
trascendencia literaria que han transmitido, y que han servido de base e
inspiración para toda una generación de nuevos escritores de México que, siguiendo
los pasos de sus precursores, han sabido crear su propia estirpe.
La
literatura mexicana es notable desde donde se la mire o analice. Sin embargo,
dentro de esta aglomeración de historia literaria, han sabido surgir personajes
que se han convertido en referencia obligada dentro del apartado literario
internacional, superando todas las barreras conocidas y convirtiendo a México
en uno de los epicentros de escritores y poetas de todos los tiempos, al menos
en lo que a Latinoamérica concierne.
Estos
son algunos de los mejores escritores mexicanos de todos los tiempos.
Octavio Paz
Octavio
Paz ostenta el único Premio Nobel de Literatura concedido a algún escritor
nacido en México.
Sin
embargo, su influencia y su grandeza dentro de la literatura latinoamericana
residen en la profundidad de su trabajo, principalmente poético.
Octavio
Paz nació el 31 de marzo de 1914 en la Ciudad de México, aunque desde muy
pequeño vivió en los Estados Unidos, ya que su padre era miembro de las altas
esferas de la Revolución Zapatista.
Desde
muy joven tuvo afiliaciones políticas marcadas, y a partir de allí consiguió
entrar en contacto con las corrientes literarias de la época, de modo que en su
juventud publicara Luna Silvestre, un poemario plenamente intimista, con un
lenguaje sensual explícito, pero que sirvió como historial literario para que,
años más tarde, en 1944, le fuera otorgada la beca Guggenheim, razón por la que
volvió a Estados Unidos, esta vez para estudiar en la Universidad de
California.
A
partir de allí, su experiencia literaria y sus afiliaciones políticas le
permitieron conocer a los grandes poetas de su época, Pablo Neruda, César
Vallejo, Alejo Carpentier, entre otros.
Tras
culminar sus estudios, volvió a México, radicándose en Yucatán.
Fue
allí donde consolidó su estilo literario, ya que sintió un apego por las
costumbres indígenas de esta región mexicana. Costumbres que no formaban parte
de las tradiciones o fiestas culturales, sino que eran el rasgo distintivo de
una región que no solapaba sus intentos por respetar la historia que llevaban a
cuestas.
Es
por eso que la mayor parte de la poesía de Octavio Paz está condicionada por
las costumbres y formas de ver la vida de los indígenas de Yucatán, con los que
permaneció tanto tiempo.
Sin
embargo, la influencia literaria de Octavio Paz ha sido una de las más
importantes del siglo XX, pero también ha sido una de las más difíciles de
encasillar.
Hasta
estos días, el único ganador mexicano del Nobel de Literatura, que también fue
embajador de México en Japón y en la India, es considerado un poeta novedoso,
profundamente original, y cuyos trabajos no pueden pertenecer a una única
categoría.
Sus
obras más importantes son: Entre la piedra y la flor, El laberinto de la
soledad, Libertad bajo palabra, y su conocida obra poética, Salamandra.
Octavio
Paz, que estuvo casado con la prolífica escritora mexicana Elena Garro, murió
el 19 de abril de 1998 en la Ciudad de México, 8 años después de haber recibido
el Nobel de Literatura. También fue merecedor del Premio Cervantes, en 1981.
Juan Rulfo
Juan
Rulfo es quizás uno de los escritores más conocidos de América Latina. Juan
Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, su nombre de pila, nació el 16 de mayo
de 1917 en Sayula (Jalisco), México, y murió 68 años más tarde (7 de enero de
1986) en la Ciudad de México a causa de un cáncer de pulmón.
Parte
de su éxito se debe a que sólo publicó 2 libros a lo largo de su vida, pero
ambos libros se convirtieron en objeto de estudio literario a nivel mundial, y
aún hoy siguen siendo estudiados en muchas universidades latinoamericanas.
Huérfano
desde los 7 años, a causa de la Revolución Cristera, pasó gran parte de su vida
en un orfanato. De allí que muchas de sus novelas guarden cierto aire de
repulsión a la paternidad, o al menos un desenfadado sentido de ignorar tal
hecho.
Sus
libros, El llano en llamas, que está compuesto por diecisiete relatos; y Pedro
Páramo, su única novela y su obra más importante, marcaron gran parte del siglo
XX latinoamericano, y cambiaron para siempre la concepción literaria del nuevo
continente.
Antes
de Juan Rulfo, la literatura en América Latina, y principalmente en México, era
bastante apegada a los hechos históricos pre-revolucionarios. Pero, con la
narrativa impactante de El llano en llamas, y luego con la crueldad narrativa
de Pedro Páramo, se comenzó a hablar –a nivel general- de una era
post-revoluciones en la literatura hecha en México.
De
allí que Juan Rulfo sea considerado como el antes y el después, el que marcó
una división histórica entre una literatura que se apegaba al pasado, a lo
indígena y a lo regional, y una literatura que, al igual que los demás
integrantes de la Generación del 52, apostaba por una vanguardia que luego
sería detonante del llamado Boom Latinoamericano.
Juan
Rulfo ocupa el segundo lugar en importancia histórica en cuanto a los
escritores mexicanos, por cambiar para siempre el paradigma de la literatura, y
por adoptar nuevos métodos narrativos importantes, y esenciales para entender
su obra.
Principalmente
se da el hecho de que la mayoría de los personajes creados por Rulfo no actúan.
Sino que, a diferencia de otras novelas y relatos de la época, se dedican a
pensar, recordar, manifestar a través de la conciencia sus miedos,
remordimientos y sensaciones.
No
obstante, a pesar de esa limitación narrativa, sus producciones literarias
pueden ser consideradas mucho más profundas que todo lo conocido hasta el
momento, de allí que su éxito como escritor se disparara de forma repentina,
siendo consideradas sus obras como hallazgos maestros por los críticos más
importantes de la época.
Al
concluir sus dos libros, publicó una novela llamada El Gallo de oro, y se
retiró para siempre de la escritura. En marzo de 1974, realizó una conferencia
en la Universidad Central de Venezuela, en Caracas, y manifestó que la muerte
de su tío Celerino había provocado su retiro de la literatura.
Según
él, su tío le contaba historias, y lo acompañaba en innumerables viajes, razón
por la que lo consideraba un mentor y una fuente de inspiración. Hasta sus
últimos días, Juan Rulfo fue un apasionado por los viajes.
Sor Juana Inés de la Cruz
Para
hablar de Sor Juana Inés de la Cruz, o de Juana Inés de Asbaje y Ramírez de
Santillana, su nombre real, debemos trasladarnos hasta el 12 de noviembre de
1648, fecha de su nacimiento.
Su
nombre se lo debe a la orden religiosa a la que perteneció. Sin embargo, la
mexicana es considerada una de las exponentes más excelsas del Siglo de Oro de
la literatura en lengua española, donde también destacaban autores como
Francisco de Quevedo, Luis de Góngora o Pedro Calderón de la Barca.
La
consagración de su vida a la vida monástica la realizó, según comentarios
propios y de acuerdo a historiadores, por simple deseo de conocer más sobre un
núcleo poco conocido, o muy cerrado, para aquellos tiempos.
No
obstante, nada de aquello impidió que se convirtiera en una de las maestras
literarias del barroco universal, y en la precursora de la denominada
literatura novohispana, pilar fundamental de la literatura mexicana que
manejamos hoy como real y cierta.
Sor
Juana Inés de la Cruz destacó no sólo por su sabiduría y su picardía para
escribir, razón por la que era comparada en muchas ocasiones con Quevedo, sino
también por la versatilidad de su pluma. Es por eso que la escritora no sólo
tuvo un reconocimiento especial por parte de los críticos de la época gracias a
sus obras de teatro, destacando entre todas Los empeños de una casa, sino
también por sus innovaciones en el soneto y en la poesía, considerada siempre
como una de las ingeniosas maestras del retruécano (colocar sustantivos como
verbos, y verbos como sustantivos), y también por la utilización excelsa de
muchos adjetivos para un único sustantivo.
Y,
pese a que sus temas principales eran la búsqueda del amor, y el descubrimiento
del mismo a través del ingenio, de la yuxtaposición de realidades y de la
mitología o lo mágico; muchos críticos afirman que era una mujer que transmitía
un gran sentido del humor, con frescura y mucho dinamismo, en cada una de las
obras que supo realizar.
Sobre
este particular, destaca que la gran mayoría de su trabajo literario lo hizo
por encargo, o por petición.
Sólo
un poema, Primero sueño, fue escrito por gusto e iniciativa propios de la
escritora. Todo lo demás correspondía a cumplir con un compromiso establecido
con personajes de la época que le requerían obras.
Pese
a ser considerada una de las escritoras más importantes de toda la historia de
habla hispana, le tocó vivir un tiempo equivocado para su profesión –o
afición-, por lo que fue condenada a destruir toda su obra y olvidarse de su
escritura por vocación. A pesar de ello, el obispo de Yucatán, Juan Ignacio
María de Castorena Ursúa y Goyeneche, guarda toda la obra de Sor Juana Inés de
la Cruz, ocultándola, para luego publicarla en España.
Sor
Juana murió en la Ciudad de México el 17 de abril de 1695, a causa de una
epidemia.
Carlos Fuentes
Aunque
nacido en Panamá el 11 de noviembre de 1928, Carlos Fuentes Macías vivió toda
su vida en México. De hecho, sus padres son mexicanos. Es considerado uno de
los escritores más importantes del siglo XX latinoamericano, una fama conferida
a la inclusión de Fuentes como el único escritor mexicano incluido en el grupo
denominado Boom Latinoamericano, donde figuraban otros ilustres escritores como
Mario Vargas Llosa o Gabriel García Márquez.
Tiene
en su haber, quizás, el ensayo sobre la literatura en español más respetado de
todos los tiempos, llamado La nueva novela hispanoamericana, donde realiza una
investigación de todas las características que blindaron el éxito de lo que
luego desembocaría en el boom.
Es
el autor de novelas importantes como La muerte de Artemio Cruz o La región más
transparente, así como también merecedor del Premio Rómulo Gallegos, el Premio
Miguel de Cervantes, nombrado Príncipe de Asturias de las Letras o la Legión de
Honor de Francia. Además, fue doctor Honoris Causa de muchas universidades,
entre las que destacan Harvard y Cambridge.
Al
igual que sucedió con Jorge Luis Borges, Carlos Fuentes fue considerado como el
eterno candidato al Premio Nobel de Literatura, mención que nunca recibió.
Sin
embargo, una vez comentó que “cuando se lo dieron a García Márquez, también me
lo han dado a mí, y a toda la generación que representamos juntos”, haciendo
referencia al llamado Boom Latinoamericano.
Junto
a García Márquez, trabajó en adaptaciones al cine de muchas novelas célebres.
Dentro
de la obra de Carlos Fuentes debemos encasillar, de forma obligada, el término
caótico. Y es que muchas veces, sus preocupaciones y obsesiones, entremezcladas
en sus novelas, fueron criticadas por muchos sectores de la crítica literaria
de la época por considerar sus tramas como caóticas.
No
obstante, el tiempo le dio la razón y La muerte de Artemio Cruz, una novela que
relata la historia, en primera persona, de un exmilitar revolucionario que
traicionó sus ideales para convertirse en un millonario gracias al caudillismo
y la corrupción, le convertían en uno de los escritores más importantes de
habla hispana.
Finalmente,
en 1975 publicó Terra Nostra, una novela ambientada en el Imperio Español, y
donde la construcción de los personajes, la complejidad de la trama y la
ambientación de una metamorfosis no lineal le confirieron premios importantes,
como el Rómulo Gallegos y el Premio Biblioteca Breve, de la editorial Seix
Barral en Barcelona, España.
Para
catalogar a Carlos Fuentes, a veces se utiliza el término de experimentalismo
formal, ya que su vida literaria estuvo marcada por cambios repentinos en las
formas de narrar, en los estilos, en la forma de jugar con los tiempos, y con
la complejidad –cada vez más creciente- a la hora de construir personajes e
hilos narrativos.
Carlos
Fuentes es, por cantidad de obras, uno de los escritores más prolíficos de toda
su generación. Ni que decir de los escritores mexicanos.
Hoy
en día, en honor a él, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de
México entrega el Premio Internacional Carlos Fuentes, un premio literario que
se entrega de forma anual el 11 de noviembre, fecha del nacimiento del
escritor.
Jaime Sabines
Dentro
de este listado, encontramos a una de las mayores influencias poéticas de todos
los tiempos. Por supuesto, nacido en México.
Hacemos
referencia a Jaime Sabines Gutiérrez, nacido el 25 de marzo en Tuxtla
Gutiérrez, en el estado de Chiapas.
Fue,
a lo largo de su trayectoria poética, uno de los más grandes y más considerados
por la crítica de habla hispana. Sin embargo, su capacidad poética estuvo muy
adelantada a su tiempo, y algunos de sus poemas fueron incomprendidos o poco
valorados por la sociedad de su país natal.
Al
día de hoy, Jaime Sabines es uno de los poetas más venerados de todo México, y
es puesto al lado de poetas como Pablo Neruda o García Lorca a la hora de hacer
comparaciones sobre él.
La
grandeza de un poeta como Sabines recae, en principio, en su forma de ver la
vida y, a través de esta cosmovisión, de su forma de comprender y traducir esta
vida a la poesía, su único género literario durante toda su trayectoria
literaria.
Según
comentarios de Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura –citado arriba en este
post-, Jaime Sabines era uno de los poetas más revolucionarios que había
conocido. Tenía la fuerza suficiente para ser comparado como un francotirador
de poemas, por la crudeza, la realidad desnuda y los temas, tan conocidos y tan
obvios, que asumía como propios para encarnarlos en poesía.
Entre
sus obras memorables destacan Algo sobre la muerte del mayor Sabines, dedicado
a la muerte de su padre, y a la influencia que éste tuvo en la decisión de que
Jaime Sabines se dedicara finalmente a la poesía. Para el propio autor, este
era su mejor poema.
A
pesar de ello, la crítica considera Tarumba, uno de sus últimos poemarios, como
una obra maestra. La forma en que aborda cada línea, cada verso, ha sido
analizada en diferentes casas de estudio. Sin embargo, en México fue el libro
que menor receptividad tuvo.
Jaime
Sabines ocupa el puesto 5 de nuestra lista por su influencia dentro del campo
de la poesía, donde dejó de lado los estereotipos que gobernaban la poesía de
la época y supo encontrar, con voz propia y mediante métodos estrictamente
autodidactas, una manera de hacer poesía que retumbaba en cualquier oído, que
escapaba de las páginas y se mecía en la conciencia.
Murió
a los 72 años, después de años de arrastrar enfermedades. Durante gran parte de
su vida arrastró la secuela de una caída que tuvo por las escaleras, que le
dejó una manera particular de caminar. Hoy en día muchos estudiosos comparan la
poesía de Sabines con la manera de componer canciones de Joaquín Sabina.
Elena Poniatowska
Ganadora
del Premio Miguel de Cervantes en el año 2013, Hélène Elizabeth Louise Amélie
Paula Dolores Poniatowska es una de las escritoras y periodistas mexicanas más
reconocidas a nivel mundial. Si bien nació en París el 19 de mayo de 1932, su
familia emigró a México a causa del comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
A
veces conocida como La Princesa Roja, ya que su padre era sobrino del último
rey de Polonia (Estanislao II Poniatowski), también ha sido ganadora del Premio
Rómulo Gallegos y el Premio Biblioteca Breve.
Pero,
para analizar a Elena Poniatowska, es necesario escapar de todas las
premiaciones y ahondar en lo profundo e íntimo de sus producciones literarias,
propiamente.
Elena,
desde sus inicios, mostró interés por el periodismo. De hecho, a los 21 años
comienza su trabajo en el prestigioso periódico Excélsior (México), realizando
crónicas y entrevistas. Durante un año, realizó una entrevista diaria a
personalidades de todo México, motivo por el que comenzó colaboraciones con
cada vez más periódicos y revistas.
Hasta
el día de hoy, Elena Poniatowska continúa su trabajo en periódicos como La
Jornada, también en México.
El
trabajo de Poniatowska escapa mucho de los estereotipos anteriormente
mencionados en el trabajo de otros autores mexicanos. En el caso de Elena, se
le considera una de las escritoras más comprometidas con la realidad social que
le rodea.
De
hecho, el mejor libro que ha escrito –a juicio de los críticos- es Hasta no
verte Jesús mío, uno de los proyectos literarios más ambiciosos de México, que
relata a través de una novela las experiencias que Elena tuvo, mediante
conversaciones, con una mujer que vivía cerca de su residencia en la capital, y
que le mostraría las diferencias sociales más profundas e ingratas del Distrito
Federal.
Maestra
de los cuentos, como deja ver en Lilus Kikus, también destacó por su capacidad
para llevar al papel historias orales, entrevistas, y conversaciones. Es así
como en 1971 publica una de sus obras cúlmines, La noche de Tlatelolco, que
narra la matanza de estudiantes ocurrida en octubre del año 1968.
En
el año 1988, su libro Nada, nadie, las voces del temblor logra cautivar a la
crítica y resuena profundamente en una sociedad mexicana que, 3 años antes,
había sufrido uno de los terremotos más tristes que se recuerde en la capital
del país.
La
razón principal por la que Elena Poniatowska ocupa el puesto 6 en este listado
de los escritores más grandes de todos los tiempos, mexicanos, reside
principalmente en el género –crónica, novela, reportaje- y en el compromiso
social de su pluma, sabiendo tratar y trabajar en base a realidades bastante
diferentes, quizá opuestas, con respecto a sus orígenes aristocráticos.
Desde
el año 2007 se celebra en Ciudad de México el Premio Iberoamericano de Novela
Elena Poniatowska, en honor a la escritora.
Es,
quizás, la mejor cronista de todos los tiempos en México, y una de las banderas
del feminismo mundial. Ha sido la primera mujer mexicana en ganar el Premio
Cervantes, y la cuarta mujer en toda la historia del mencionado premio.
Laura Esquivel
Laura
Beatriz Esquivel Valdés es una de las escritoras mexicanas contemporáneas más
importantes, o la más importante de todas, dependiendo el punto de vista. Ha
sido activamente política, y de hecho tiene puestos políticos en la actualidad,
pero nunca ha abandonado su rol como escritora.
Nacida
en la Ciudad de México el 30 de septiembre de 1950, comenzó su carrera como
instructora de teatro y de escritura en su ciudad natal, y de su experiencia en
el medio de las artes escénicas y en la literatura, realizó su primer libro,
Como agua para chocolate, uno de los mejores libros de realismo mágico que se
hayan escrito en los últimos 30 años.
El
boom ocasionado por el libro le valió el respeto y la consideración de toda la
industria literaria mundial, y su libro ha inspirado adaptaciones al cine,
secuelas, estudios y un sinfín de premios.
Como
agua para chocolate ha ganado 10 premios Ariel, y en 1994 fue ganadora del
Premio ABBY, que por primera vez en su historia premiaba a un libro que no
fuera estadounidense.
Y
si bien la mayor parte de su éxito literario se lo debe a la mencionada novela,
Laura Esquivel ha sido una de las más prolíficas escritoras y novelistas de
México, y ha incursionado en otros géneros como en la novela policíaca,
destacándose A Lupita le gustaba planchar, donde narra la historia de una
antiheroína, policía, madre soltera, adicta al alcohol, que debe resolver un
caso sobre el asesinato de su jefe.
Destaca
también Malinche y Tan veloz como el deseo, dos novelas que también han sido
premiadas a nivel internacional.
Pero,
para comprender la posición y la influencia de Laura Esquivel es necesario
analizar su obra, desde adentro.
Hasta
estos días, Laura Esquivel es considerada la escritora más importante de México
en el género del realismo mágico. Pero, un realismo mágico que tiene sus
particularidades, al menos en el caso de Esquivel.
Y
es que, como se evidencia en su mejor novela, Como agua para chocolate, la
forma narrativa que utiliza, y la estructura que compone a los diálogos, carece
de muchas palabras. De hecho, se utiliza a la comida como forma de
comunicación, y son las recetas preparadas por Tita –protagonista- las que
dicen y responden a todas las preguntas que el lector pueda tener o quiera
conocer.
Esta
particular forma de narrar, de transformar el realismo mágico y considerar a la
cocina como el epicentro de la historia demuestra la calidad y la empatía de la
autora, porque el motivo de su éxito recae en saber llevar una historia
cotidiana, con un elemento en común para un gran sector del gentilicio de
México (la cocina), y convertirla en una historia con nombre y apellido, que
sabe atraparte a través de cada esencia, que en el caso de Como agua para
chocolate tienen un significado y transmiten emociones, miedos, o propuestas.
Su
novela está incluida como una de las mejores 100 novelas publicadas en el siglo
XX, según el periódico español El Mundo.
Paco Ignacio Taibo II
Francisco
Ignacio Taibo Mahojo nació en Gijón el 11 de enero de 1949. Y a pesar de que,
por nacimiento, es asturiano, siempre ha considerado a México como su país, su
tierra.
Es
escritor y periodista, y considerado uno de los maestros hispanoamericanos de
la novela policíaca. Es fundador de la Semana Negra de Gijón, un festival
literario dedicado a la novela negra o policíaca.
Le
debe su nombre al apodo de su padre, Paco Ignacio Taibo I, asturiano de
tradición socialista, que se exilió en México en el año 1959 tras huir de la
dictadura de Francisco Franco.
Entre
sus distinciones se encuentra haber ganado, por 3 años, el Premio Hammett
(1988, 1991, 1994), y por haber creado al detective Héctor Belascoarán Shayne,
principal protagonista de sus novelas policíacas.
Y
si bien ha sido considerado por la crítica como uno de los principales y más
importantes escritores de novelas policíacas de la actualidad, su labor
literaria no está encasillada a este género, ya que cuenta con más de 50 libros
publicados –traducidos a muchos idiomas-, en géneros como novelas históricas
(con México como epicentro), cuentos, reportajes, crónicas y ensayos.
Destacable
es su trabajo en la reconstrucción biográfica de personajes históricos como
Ernesto “Che” Guevara, y Emiliano Zapata, dos personajes revolucionarios que se
han convertido en banderas políticas de izquierda en varios países de
Latinoamérica.
La
razón por la que Paco Taibo II se encuentre en el octavo lugar de este listado
está fundamentada en la profundidad de su obra, no sólo en el género policíaco
donde ya hemos mencionado que se le considera un maestro incomparable, sino en
el género de la no ficción –principalmente los ensayos y las crónicas-, donde
ha mostrado un compromiso por la búsqueda de la verdad que le han llevado a
viajar por todo México, durante muchos años, ininterrumpidamente.
Su
influencia literaria y política es inigualable con respecto a cualquier otro
escritor mexicano en la actualidad. Aparte, es director y guionista de cine, y
entrevistador en programas de la cadena Telesur.
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