sábado, 23 de febrero de 2019

Hermann Hesse: Sólo para locos.




¿Alguna vez has sentido que no encajas en el mundo? ¿Que eres tan diferente que nadie te entiende? Entonces tienes que leer la obra de Hermann Hesse, porque él era, así como tú, un lobo estepario.

Ganador del Premio Nobel de Literatura en 1946, este escritor alemán aborda una temática constante en sus obras: la intensa inquietud espiritual de un alma con una profunda vida interior. En sus libros narra las historias de hombres que buscan el camino hacia su verdadera naturaleza, que tienen que destruir un mundo, superar una moral y una educación burguesa en favor de poderosas vidas interiores que han sido reprimidas, ajustándose a estándares que les han impuesto desde pequeños; hombres que llevan en su interior una marca que los distingue y los hace sobresalir de entre los demás, que están forzados a vivir en una sociedad en la que sus ideologías no tienen cabida.

Para entender su obra es importante comprender su vida. Hesse nació dentro de la alta burguesía alemana del siglo pasado, que estaba repleta de estrictas reglas que lo sofocaban. Esto le genera un desprecio a los convencionalismos burgueses, lo que sería una constante en su obra. Vivió en una Alemania que sufrió las dos Guerras Mundiales, su hijo Martin estaba gravemente enfermo y su esposa sufría de esquizofrenia, lo que le detonó una profunda crisis existencial que luego plasmaría en obras como El Lobo Estepario.

Tuvo que estar bajo tratamiento psicoterapéutico con el famoso psiquiatra Carl Gustav Jung, lo que influenció una de sus obras cumbre, Demian. También realizó viajes a la India, Sri Lanka e Indonesia, donde entró en contacto con el Budismo, que fue para él una respuesta a su eterna búsqueda espiritual y que influenciaría enormemente sus textos, en la que constantemente plasma el misticismo de esta religión. Su obra budista por excelencia es Siddharta, en la que narra su interpretación de la vida del mismísimo Buda.

Creo que estas tres obras son fundamentales para entenderlo. En El Lobo Estepario narra la historia del alma del hombre moderno. Harry Haller es un hombre sombrío y solitario que vive encerrado con sus libros, su música y sus pensamientos. Se considera a sí mismo como un lobo estepario: un ser que recorre en soledad las enormes planicies de la vida. Es un alma atormentada por dos naturalezas: la del hombre burgués y la del lobo, las cuales siempre están enfrentadas en una lucha que no deja de sofocar a su alma. Es también una metáfora sobre las múltiples personalidades que los verdaderos artistas llevan en su interior. Asimismo, hace una fuerte crítica a la sociedad de su época y sobre todo, a la burguesía: “¿Cómo no había yo de ser un lobo estepario y un pobre aislado en medio de un mundo aburridísimo, cuyos fines nunca he compartido, y ninguno de sus placeres me llama la atención?”

En Demian, continúa con la temática de El lobo estepario. Narra la historia de Emil Sinclair (el Yo verdadero de Hesse), un niño burgués que debe romper con el mundo luminoso y seguro de su infancia para entrar en el mundo tenebroso de los adultos y así encontrar su verdadera personalidad y destino. Siempre irá acompañado de Demian (el Yo idealizado de Hesse), un joven que le enseña que quien desea nacer tiene que destruir un mundo, es decir, superar la herencia de la moral y la educación burguesa para seguir los verdaderos impulsos de su interior y convertirse en un ser auténtico, con plena consciencia de sí mismo.

Por último, en Siddartha escribe su interpretación del camino que llevó a este personaje a convertirse en Buda. Relata la historia del amado hijo de un poderoso brahmán que un día comprendió que su espíritu estaba insatisfecho, que todas las riquezas materiales y placeres efímeros del mundo no lo hacían auténticamente feliz.

Decidió emprender un viaje en busca de la felicidad. Al cabo de mucho tiempo logró entender que ésta se encontraba en la perfección del espíritu y que sólo podría conseguirla a través de la contemplación del mundo y la reflexión sobre su propia vida. Debió luchar por renunciar a los placeres efímeros y vencer sus deseos para encontrar la auténtica paz y el verdadero sentido de la existencia humana. Este libro es a su vez una crítica a los valores actuales de la sociedad: la necesidad de posesiones materiales, de placeres, el egoísmo y el absurdo vacío de vivir y morir sin haber encontrado el sentido de la vida.

Hoy, a cuarenta y ocho años de su muerte, la vida y obra de Hermann Hesse sigue marcando a la juventud del mundo. Un amigo me dijo un día que si no hubiera leído Demian, su adolescencia nunca hubiera sido la misma. Y es que ese es el poder de Hesse: tiene la capacidad de transformarte.

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