
En otra época, joven e inexperimentado, hubiese
tendido a responder con las fórmulas consabidas de que escribo para combatir a
la muerte o para darle sentido a la vida, posturas éstas que son de poca ayuda
frente a un asunto no tan sencillo.
«Volveré a nacer, germinaré a través de mi pluma. Voy a poner en el papel mis recuerdos, los retazos de sueños que me asedian dormido, y la escritura será una nueva travesía, una fuga que me permita recorrer el mundo sin importar el destino de mis huesos».