"Quienes han analizado los diarios del autor de
La metamorfosis identifican a 20 de sus amantes, entre novias y aventuras
pasajeras, pero solo le dan importancia a un puñado de ellas".
Salgo del museo Franz Kafka, en Praga, entusiasmado
por haber accedido a la correspondencia sentimental del escritor checo. Sus
cartas hablan de unos afectos extrañamente luminosos en un hombre cuya
existencia y literatura tendemos a asociar con el ascetismo más gris. Pero no
nos confundamos: aun deparándole momentos de indudable felicidad, el devenir
amoroso de Kafka estuvo finalmente signado por los grandes asuntos ‘kafkianos’:
el sinsentido, la angustia, el fracaso; tanto así que poco antes de morir
confesó que nunca había pronunciado las palabras ‘te amo’.
Quienes han analizado los diarios del autor de “La
metamorfosis” (Elias Canetti en El otro proceso de Kafka; Nahum Glatzer en Los
amores de Franz Kafka; Reiner Stach en Kafka: los años decisivos, o Daniel
Desmarquest en Kafka y las muchachas, entre otros) identifican a 20 de sus
amantes, entre novias y aventuras pasajeras, pero solo le dan importancia a un
puñado de ellas. La primera de todas, Felice Bauer.
Felice era una chica berlinesa sencilla, más bien
fría, con quien Kafka mantuvo una prolongada relación epistolar. Se conocieron
en la residencia praguense de su amigo Max Brod. Ella vivía en Berlín pero
estaba de paso rumbo a Budapest. Aunque la muchacha no le despertaba mayores
pasiones, Kafka le propuso matrimonio en una de sus visitas a Berlín. ¿Por qué
la convirtió en su novia? Se piensa que la distancia geográfica daba al romance
un aire platónico que resultaba fascinante para el escritor, pero luego Bauer
lo ‘cautivó’ ayudándole a trascribir sus apuntes y leyendo sus manuscritos. La
bautizó ‘la pequeña mecanógrafa’.
Ciertamente, Felice no fue su primera mujer. Antes
Kafka anduvo con una tendera checa (con quien perdió la virginidad), con una
chica mayor de Silesia cuya identidad se desconoce (“ella era una mujer, yo un
muchacho”), con las actrices Flora Klug y Mania Tschissik, y casi en paralelo
se enamoró de Gerti Wasner, una muchacha oriunda del balneario de Riva, quien
reaparecería en su vida en los días en que Felice Bauer ya era su flamante
novia.
Desde Berlín, la insegura Bauer envió como emisaria a
su íntima amiga Grete Bloch para averiguar si su prometido seguía detrás de
Gerti Wasner. La hermosa señorita Bloch realizó la misión con tal dedicación
que acabó acostándose con Kafka; se dice incluso que tuvo un hijo suyo. Los
biógrafos lo dicen a rajatabla: de todas las cartas que escribió Kafka, las más
eróticas y ardorosas las dirigió a Grete Bloch.
En la primavera de 1915, tras la ruptura del primer
compromiso con Felice –poco antes de pedirle matrimonio por segunda vez–, el
escritor salió con “al menos seis” jóvenes, algunas de ellas alumnas de Max
Brod.
Al año siguiente rompió definitivamente con Felice
excusándose en el diagnóstico de tuberculosis que acababa de recibir, incapaz
de asumir su temor a formar una familia. Al poco tiempo, sin embargo, surgió en
él otra vez el deseo marital, esta vez con Julie Wohryzek, la costurera judía
que conoció en un sanatorio para tuberculosos. La relación acabó cuando el
padre de Kafka se opuso. “Si tu problema es el sexo”, le dijo a su hijo,
“resuélvelo en un burdel”.
Las últimas mujeres relevantes en la vida del checo
fueron: Mine Eisner, 18 años, convaleciente de una larga enfermedad, para quien
Kafka fungió de padre más que de pareja; Milena Jesenská, su traductora –a
decir de Canetti, “su relación más sincera”–, quien presentaba un solo
inconveniente: estaba casada y se negaba a abandonar a su esposo; y Dora
Diamant, judía de 19 años que depositó en él toda la energía que la enfermedad
le arrebataba, y quien se mantuvo a su lado hasta el día de su muerte.
Si Kafka no supo amar a las mujeres es una incógnita.
Lo que sabemos es que amó la escritura. En sus diarios confiesa: “Escribir
sigue siendo la cosa que más me importa sobre la tierra. Algo parecido a lo que
el delirio es para el loco o el embarazo para la mujer”. //
elcomercio.pe
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